Como un pequeño homenaje a Guadalajara en el 469 aniversario de su fundación. Para los que tuvimos la fortuna -¿o será infortunio?- de haber sido testigos de su transformación a mediados de los 60; ya bien lo dijo el poeta y escritor Jalisciense Ramón Iñiguez Franco: "Y así eran estas historias...en un barrio tranquilo y apacible, donde veíamos cada mañana salir el sol por el mismo horizonte, que es quizás lo único que no ha cambiado, ni cambiará quien sabe durante cuanto tiempo..."
lunes, 24 de octubre de 2011
PLAZA DE SAN AGUSTIN
Después del incendio ocurrido en la antigua Plaza de Armas acaecido el 31 de mayo de 1795, lo que quedó de los antiguos puestos fueron trasladados a la Plaza de San Agustín, y con la finalidad de que no se repitiera la historia de los incendios que ya muchos trastornos habían ocasionado, se mandó construir un mercado con portales y una fuente al centro de la plaza, la cual tenía un aspecto muy parecido al parián de Tlaquepaque. Por decreto del gobernador Santos Degollado, el 12 de diciembre de 1855, se acordó la construcción de un teatro en el centro de la plaza, ordenándose el desalojo de los comerciantes y reubicandolos en los portales del exterior para que continuaran con su comercio.
El 5 de marzo de 1856 se inició la construcción del teatro "Alarcón" se finalizó la obra con los portales a sus costados y en la parte posterior separados únicamente del teatro por un pasillo.
El 3O de abril de 1909, un gran incendio acabó con estos portales, salvándose el teatro gracias a estos pasillos. Los portales y sus comerciantes jamás volvieron a situarse en los alrededores del teatro y con el tiempo se perdió el recuerdo de la antigua plaza de San Agustín quedando únicamente en este lugar lo que hoy todos conocemos como el "Teatro Degollado".
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