A finales de los 40 y principios de los 50 fue el inicio de la gran transformación urbana en el centro de nuestra leal ciudad, las obras proyectadas estuvieron a cargo del gobierno del Estado y del Ayuntamiento; estas obras incluían la construcción de un nuevo Palacio Municipal, la Plaza de los Laureles (hoy llamada Guadalajara), la Rotonda de los Hombres Ilustres, los desaparecidos pasajes en la avenida Juárez, la ampliación de calles, avenidas y calzadas, principalmente, la avenida Juárez, 16 de Septiembre y Alcalde, entre otras. Para la erección del nuevo Palacio Municipal, se adquirió el predio que ocupaba el Palacio del Arzobispado, el cual fue afectado en su mayor parte por la ampliación de la avenida Alcalde. El 29 de junio de 1943, el Presidente Manuel Avila Camacho ordenó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público la enajenación en favor del gobierno del Estado de Jalisco, del predio conocido como ex-arzobispado, para ser destinado a la construcción de un edificio para el ayuntamiento. Así que el 23 de agosto de 1948, comenzaron los trabajos de demolición de dicho edificio y concluyeron el 12 de octubre del mismo año; trabajos a cargo del ingeniero Felipe de Jesús Arregui Zepeda.
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